La profundización de la escasez de combustible le imprimió más angustia a la actividad económica del interior tucumano y a otros miles de particulares que ayer se vieron otra vez obligados a hacer largas colas para obtener el fluido. Para colmo eran pocas las estaciones de servicio de la provincia que lo disponían con ventas restringidas o cupificadas. En las expendedoras de YPF y Shell la provisión era limitada: solo se vendía hasta $5.000 de nafta y $7000 de gasoil. “Esta falta de combustible está afectando la reanudación normal de la molienda de los ingenios azucareros que pararon en estos días por las lluvias. Sucedió que las fincas se quedaron sin suelo para la extracción de las cañas. Ahora que mejoró el tiempo muchos transportes están parados. Además esto frena la etapa de cultivo. También perjudica la cosecha de la papa primicia. Es decir que estamos ante una situación complicada” expuso el transportista Carlos Ortiz. En Tafi del Valle el inconveniente afecta la siembra de la papa semilla y otros cultivos, dijo el productor Fabián Romero. Al mismo tiempo, y al igual que en todas las ciudades, el movimiento de los transportes de pasajeros también se redujo. El secretario del Centro de Defensa Comercial del Sur (CDCS), Julio Delgado, advirtió en tanto que “el movimiento comercial siente sobremanera el impacto de esta sensible reducción de la oferta de combustible. “Se ha reducido el transporte y al mismo tiempo el reabastecimiento de todas las necesidades urgentes. Por eso hay mucha preocupación frente a este panorama que podría complicarse. Las estaciones de servicio tienen cupo limitado y lo absorben los consumidores mayoristas. Si esto no se soluciona rápido la crisis se comenzará a notar en las góndolas vacías” sostuvo.
Daniel Gargiulo, titular de la Cámara de Comerciantes de Derivados del Petroleo, Gas y afines (Capega) insistió en advertir que el problema que se padece “es a raíz de la diferencia que hay entre la caída de la provisión del fluido (alrededor del 30%) por parte de las petroleras y la elevada demanda que se ha concentrado en las estaciones de servicio”. A estas últimas, según precisó, se volcaron los grandes consumidores (principalmente agricultores) en razón de que el precio del surtidor es más bajo. De ahí que ahora “se está vendiendo en forma cupificada y sin privilegios”. “En este momento persiste el escaso abastecimiento y las largas colas de espera para cargar. Lo único que nos resta es esperar las promesas de normalización del suministro que llegaron desde el gobierno y las petroleras”, remató Gargiulo.
Ayer, precisamente, las empresas petroleras (YPF, Shell, Axion, Puma Energy), luego de un encuentro que mantuvieron con la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royon, anunciaron que en dos o tres días se normalizará la entrega de combustibles. Aseguraron que “la infraestructura de producción y suministro de combustibles de la Argentina es robusta”. Justificaron la escasez del fluido afirmando que esto se debió a una serie de eventos que sobre-exigieron el límite de la capacidad de abastecimiento, “como los niveles extraordinarios de demanda, especialmente en los últimos 15 días, por el fin de semana largo y las elecciones, donde se produce un pico de movilidad de personas”. Enumeraron además, como causales “el inicio de siembra agrícola, entre otros; una dependencia mayor a la habitual de importaciones de combustibles por paradas programadas en algunas refinerías y, más recientemente, una sobredemanda generada por una expectativa de desabastecimiento”. Royon, a su vez, ratificó el compromiso acordado con las petroleras de normalizar en dos o tres días el abastecimiento de combustibles en el país y de no instrumentar aumentos abruptos de precios, sino escalonados. Aseguró que tampoco habrá “una devaluación que aliente maniobras especulativas”. En declaraciones radiales la funcionaria aseguró además que “en las últimas horas llegaron al puerto argentino dos barcos de combustible y que estaba llegando un tercero “para atender el pico de demanda que hubo”. Royon y las petroleras acordaron la importación de diez barcos con los fluidos.